18 de julio de 2010














Amados versos que se alejan sin dar aviso,

inspiración que voló con aquella brisa otoñesca.
Te apartaste.
Sin reclamo, sin conciencia, te vi partir,
como el último día de verano
que recuerda su huida con cálidos rayos
que acarician la piel, que erizan hasta el último cabello.

Amada poesía, egoista te retiras.
Te llevas las palabras, los versos, los suspiros.
Dejas inmensa amargura,
vacíos incalculables, que jamás lograré llenar.

Gélida noche;
atraviesa como daga cada parte de mi cuerpo,
lastimas mis entrañas,
desordenas mi sentir,
recuperas mis deseos más perversos,
me incitas a herir,
a decir palabras que se las lleva el viento.

Camino gris,
no hay luz que ilumine mi alma,
oscura y perdida entre los placeres terrenales,
agobiada de encanto y de lujuria,
cansada de destruir y destrozar;
El vacío me carcome la razón.

Camino,
ligera al paso,
descubriendo nuevas brisas otoñales,
contemplando atenta
si es que alguna de ellas,
trae a mi amada poesía, de una vez de vuelta.