16 de febrero de 2006

Se siente pasar a lo lejos, un leve susurro...
lleno de amor, bondad y deseos ocultos,
es suave, limpio, absoluto y regocijante..
enloquece a cualquiera que lo sienta.

Dicen que viene del sol,
trae todos los pedidos de la humanidad,
posee todos los sentimientos que existen..
pero solo regala los buenos, ya que los malos no los entrega.

Salí a la ventana, sentí una brisa fresca en mi cara...
era aquel susurro, lleno de amor y esas cosas...
no creí en él cuando me dijo que traía mensajes para mí
y dándole la espalda corrí,
sentí miedo de lo que me podían deparar esas noticias...

Él era más rápido, me alcanzó..
dejé entrever en mis ojos una lágrima pura,
él, me envolvió con su aliento de miel,
me tomó las manos, mi cara levantó con sus dedos;
lo miré con mis cristales aguados,
él sonrió, y me apretó contra su pecho rojo, con olor a rosas de otoño.

Pudo controlar mi angustia,
conversamos días enteros y noches completas
durante semanas que conformaron los meses de tres cuartos de año,
al fin cuando llegó la fecha de partir,
le pregunté por qué me buscó...
miró con sus pupilas de fuego, sonrió;
se acercó a mi oído y susurró en él...
me dijo que buscaba a quién no quisiera encontrarlo,
se quedaba un tiempo con él y luego marchaba;
al oír esto, mi alma se despedazo..

Lo ví volar,
en la atardecer...
a aquel susurro..
ese susurro que traía amor, bondad y deseos ocultos a mi vida.

No ha vuelto a visitarme,
intento buscarlo sin buscarlo propiamente,
pero no logro resultados, no lo puedo engañar..
Sólo recordaré por siempre,
nuestros nueve meses de conversación ininterrumpida,
ya que después de eso mi mundo cambió,
mi vida cambió... algo pasó..
Sólo recuerdo que dormí la noche en que mi susurro partió,
y que desperté en un planeta llamado Tierra.

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